Nos encontramos en primavera; el buen tiempo predomina y el verano está a la vuelta de la esquina. Es la época perfecta para aprovechar todos los beneficios que la naturaleza pone a nuestra disposición en forma de verduras y, sobre todo, frutas, como la SANDÍA, que nos puede quitar unos kilos.
Tal vez una de las frutas más características de la época estival sea la sandía, esa gran bola de rojo intenso en su interior (ahora hasta sin pepitas para los más “sibaritas”).
Como ya te adelantaba hace días, la sandía goza de grandes propiedades que benefician a nuestro organismo: es depurativa, antioxidante, pobre en hidratos de carbono, mineralizante y muy muy refrescante.
Por todo ello, la sandía es también perfecta para la mejora del tránsito intestinal, y todo ello hace que sea una aliada perfecta para saciarnos y ayudarnos a mejorar nuestro peso.
La sandía posee una sustancia denominada licopeno que, cuando se encuentra en abundancia en nuestra sangre, contribuye a la neutralización de los “radicales libres”, una especie química que actúa alterando las membrana celulares y atacando el material genético de las células, como el ADN.
Además, el licopeno tiene también un amplio poder antioxidante..
O sea, es una alimento rejuvenecedor y anticancerígeno.
Y como bien sabes, la sandía es un alimento ideal para dietas hipocalóricas pues tan solo aporta 20 calorías por cada 100 gramos...
Por si fuera poco, es una fruta muy fácil de comer, tanto por niños como por ancianos, dado que es muy blanda, prácticamente se deshace en la boca..
Su alto contenido en agua la convierte en uno de los mejores alimentos para aquellas personas que presentan problemas renales.
Ayudando así a depurar el organismo, estimular la diuresis y mejorar por tanto el tránsito intestinal..
Teniendo tantos beneficios y estando tan rica, ¿por qué no aprovechar la temporada de la sandía que ya esta aquí?..