LA TERAPIA PSICOLÓGICA: UNA DE LAS MAYORES FARSAS DE ESTE SIGLO (con una excepción)

¿Y si te dijera que tu ansiedad, tristeza, irritabilidad o hambre emocional no tienen nada que ver con traumas ni bloqueos mentales? La mayoría de las terapias ignoran lo esencial: sin equilibrio hormonal y nutricional, no hay salud mental posible. Descubre por qué intentar sanar la mente con el cuerpo y el cerebro roto es una de las mayores farsas de este siglo

Hoy te quiero contar un caso que me pasó hace solo unas horas.

Vino a mi clínica una persona interesada en mi sistema de transformación, y me comentó que estaba trabajando sus “problemas de vida” con una psicóloga y un psiquiatra. Hasta ahí todo normal. Pero lo que me dijo después me dejó helado: su psicóloga le había recomendado dejar la dieta para más adelante y centrarse ahora en “sanar su vida”, en hacer un trabajo emocional más profundo antes de preocuparse por la alimentación. Literalmente eso fue lo que le dijo. Que ya se centraría más adelante en la nutrición.

Y mira, te lo digo tal cual se lo dije a ella: pretender sanar tu vida sin abordar primero el estado nutricional de tu cuerpo es una de las mayores farsas del siglo XXI. No puedes arreglar tu mente con introspección cuando lo que tienes es un cerebro desnutrido, inflamado y hormonalmente disfuncional. Así de simple.

Y no, no es una opinión mía, es biología y bioquímica básica. Tus pensamientos, tus emociones y tu conducta están gobernados por tus hormonas y neurotransmisores, y estos solo se pueden fabricar si le das a tu cuerpo los macronutrientes y micronutrientes necesarios. Punto final.

La mayoría de las personas que acuden a terapias de sanación emocional, de reconexión, de “cura de la vida”, lo hacen porque sienten que algo no funciona en su interior. Pero lo que falla no es su alma, ni su mente, ni su energía: LO QUE FALLA ES SU BIOQUÍMICA. Y nadie se lo está diciendo.

Y te doy ejemplos, porque este asunto no es menor, es una epidemia real:

1. ANSIEDAD POR LA COMIDA / ATRACONES / HAMBRE EMOCIONAL:
Piensan que tienen una relación tóxica con la comida o traumas con la nutrición.
La realidad es que el 99% de los casos están relacionados con déficits de triptófano, magnesio, zinc, vitamina B6 y resistencia a la leptina. Si no comes suficientes proteínas de calidad y grasas buenas, tu cuerpo te pedirá ultraprocesados porque está en estado de carencia crónica. No es tu mente. Es tu cuerpo que grita.


2. INSOMNIO / DESPERTARES NOCTURNOS / PESADILLAS:
Creen que es estrés acumulado o “problemas no resueltos”.
Pero el insomnio, en el 90% de los casos, está vinculado a déficit de magnesio, melatonina endógena, vitamina D, calcio y falta de exposición solar. Además, el exceso de cafeína, azúcar y luz azul bloquea los receptores naturales del sueño. No necesitas meditar, necesitas reequilibrar tu sistema nervioso con nutrición.


3. DEPRESIÓN / VACÍO EXISTENCIAL / FALTA DE SENTIDO:
Se lo atribuye a heridas emocionales, infancia difícil, falta de propósito…
Pero sin omega 3 DHA, tirosina, B12, hierro, ácido fólico, vitamina D y colesterol no puedes fabricar dopamina ni serotonina. Sin eso, cualquier intento de “pensar en positivo” es una tortura. Tu cerebro está seco. No te falta propósito, te faltan materias primas para fabricar neurotransmisores.


4. FALTA DE ENERGÍA / CANSANCIO CRÓNICO / “NO PUEDO CON LA VIDA”:
Lo confunden con bloqueos emocionales o estrés vital.
Pero muchas veces lo que hay es una disfunción mitocondrial por falta de coenzima Q10, B1, B2, B3, carnitina, yodo, hierro y magnesio. Sin estas sustancias, tu célula no genera energía. Punto. No es flojera. Es fisiología.


5. NIEBLA MENTAL / FALTA DE CONCENTRACIÓN / PROBLEMAS DE MEMORIA:
Lo achacan a exceso de pensamientos o saturación.
Cuando en realidad suele ser inflamación cerebral provocada por gluten, lácteos, azúcares, aditivos… junto a déficit de colina, omega 3, fosfatidilserina y B12. No necesitas un retiro espiritual. Necesitas desinflamar tu cerebro.


6. CAMBIOS DE HUMOR / RABIA / LLANTO FÁCIL / IRRITABILIDAD:
Lo ven como sensibilidad emocional.
Pero esos síntomas son típicos de desregulación de estrógenos, progesterona, cortisol y serotonina. Y eso depende de que comas colesterol, vitamina C, B5, zinc, grasas saturadas saludables… Si comes sin grasa o con miedo a la carne, estás arruinando tu sistema endocrino.


7. ANSIEDAD GENERALIZADA / ATAQUES DE PÁNICO:
Creen que vienen de traumas o pensamientos negativos.
Pero el 90% de los casos están asociados a hipoglucemias reactivas por dietas altas en carbohidratos refinados, déficit de magnesio, B1, B6 y colapso del eje HPA por inflamación crónica. No es un demonio mental. Es un cuerpo gritando por equilibrio.


8. PROBLEMAS MENSTRUALES / SÍNDROME PREMENSTRUAL EXTREMO / FALTA DE LÍBIDO:
Muchas lo ven como algo natural o emocional.
Pero está directamente relacionado con déficits de grasa saludable, zinc, vitamina E, D, B6 y disbiosis intestinal que impide metabolizar bien los estrógenos. Si no corriges eso, el sistema hormonal femenino colapsa.



Y entonces te preguntas: ¿de qué sirve sentarse a “explorar emociones” o “liberar traumas” si tienes el cerebro inflamado, la tiroides colapsada, las mitocondrias apagadas y las hormonas desreguladas?

LA MENTE NO PUEDE FUNCIONAR SI EL CUERPO ESTÁ ROTO.
Y EL CUERPO ESTÁ ROTO CUANDO SE LE PRIVAN LOS NUTRIENTES QUE NECESITA.

Puedes meditar, respirar, hacer rituales con cuencos, escribirle cartas a tu niño interior… pero si desayunas bollería, comes pasta sin proteína, cenas fruta, usas cosmética llena de xenoestrógenos y bebes agua con disruptores hormonales, estás cavando tu tumba emocional con cuchillo y tenedor.

Y es que he comprobado que  una de las mayores farsas de este siglo es cómo se ha vendido la psicoterapia —ojo, no toda, sino la que no incluye un enfoque nutricional, que según mi experiencia es el 99,9%— como la gran solución a los malestares del alma… cuando en realidad estamos hablando, en muchísimos casos, de una maquinaria mental afectada por desequilibrios hormonales, carencias nutricionales y sobrecarga tóxica.

A ver, dime tú si no te suena esto:

Gente con ansiedad constante que se medica o que va a terapia durante años sin saber que en un 99% de los casos lo que les está destrozando el sistema nervioso es una falta crónica de magnesio, vitamina B6, grasas esenciales o una hipoglucemia reactiva causada por desayunos de mierda.

Mujeres que no pueden parar de tener atracones por la tarde o por la noche, que se sienten culpables, que creen que tienen un trauma con la comida… cuando en realidad lo que tienen es una combinación de resistencia a la insulina, cortisol disparado y falta de triptófano, porque no comen proteína de calidad en todo el día.

Personas que arrastran una depresión leve o moderada, apagadas, sin motivación, a las que se les da un diagnóstico psiquiátrico… cuando en el fondo tienen una deficiencia brutal de vitamina D, omega 3, zinc y testosterona.

Gente con insomnio crónico que prueba meditaciones, respiraciones y afirmaciones antes de dormir… cuando su problema es que no tiene melatonina natural porque su hígado está saturado, su intestino está inflamado y su consumo de azúcar y luz artificial por la noche es un disparate.

Personas que se sienten perdidas, desconectadas de sí mismas, sin rumbo, y se meten en procesos espirituales interminables, cuando muchas veces lo que tienen es el cerebro atontado por una anemia funcional, un hipotiroidismo no diagnosticado o una sobreexposición a xenoestrógenos de cosméticos, plásticos y alimentos “saludables”.


Y así podría seguir durante horas.

La gente cree que necesita encontrar el origen emocional de su malestar cuando lo que necesita urgentemente es comer suficientes calorías, dejar de vivir en déficit calórico crónico, cubrir sus necesidades de minerales básicos y limpiar su cuerpo de disruptores hormonales.

Te juro que he visto personas que llevaban años sintiéndose fatal —y que creían que era por “cosas del pasado”— volver a tener energía, claridad, libido y alegría en solo dos o tres semanas, simplemente comiendo lo que su cuerpo necesitaba y dejando de meterle basura disfrazada de salud.

Por eso, cada vez que alguien me escribe pidiéndome ayuda psicológica, lo primero que le pregunto es:
¿Estás comiendo bien? ¿Estás nutriendo tu cuerpo de verdad? ¿Estás limpiando tus rutas de eliminación?
Porque si no es así, todo lo demás es humo.

Repito: no tengo nada en contra de la terapia cuando es integral y cuando no se olvida de que antes que mente tenemos cuerpo.
Pero cuando se convierte en una especie de juego infinito de autoindagación, mientras el cuerpo se hunde en desequilibrio… entonces sí, me parece una farsa. Una muy peligrosa.

Y lo peor es que millones de personas están atrapadas en esa farsa sin saberlo.

Tú no estás roto.
No necesitas mil sesiones para entenderte.
Primero necesitas reconstruirte desde lo físico, desde lo hormonal, desde lo nutricional.
Y solo entonces, cuando tu cuerpo esté en equilibrio, tu mente se podrá ver con claridad.

Y ahí sí, si lo necesitas… ve a terapia.
Pero no antes. Porque si no, solo estarás poniendo parches mentales a un sistema orgánico colapsado.




La cura real no empieza en la mente. Empieza en las células.

(Y aquí ME REPITO ya que quiero dejar claro algo para que no se malinterprete: cuando digo que la terapia psicológica es una de las mayores farsas del siglo, me refiero únicamente a aquellas terapias que no incluyen un abordaje nutricional. Por desgracia, según mi experiencia, esto ocurre en el 99,9% de los casos.)

Y ya no me enrollo más😉

Si quieres contarme tu caso particular y ver la mejor manera en la que te puedo ayudar personalmente, escríbeme desde los botones que ves aquí abajo👇

Un abrazo

Tu amigo Alex (el que no tiene filtros y te dice lo que la mayoría no se atreve aun sabiendo la cantidad de gente que me va a odiar por ello 😅)

X
Me alegra tenerte en Entrenador Personal Valencia
wpChatIcon